La repentina y trágica muerte de José Elías Moreno, figura de la Época de Oro
El histrión ya había formado una amplia trayectoria en cine y teatro, pero todavía estaba vigente cuando tuvo un abrupto final
José Elías Moreno era un actor multifacético. El respeto que se mereció entre el público y dentro del gremio de intérpretes no era una exageración: podía ir del villano al héroe, de un padre comprensivo a un ogro tirano y avaricioso. No había límites.
Este histrión nació el 12 de noviembre de 1910 en San Antonio, Jalisco. Desde muy joven tuvo que mudarse a la capital mexicana a la espera de tener mejores oportunidades en la actuación. Poco a poco pudo abrirse camino con pequeñas presentaciones en teatro y, posteriormente, tendría su primera aparición en cine en 1937 en la cinta Nostradamus como extra sin créditos.
Esto, más que desmotivar a José Elías, lo vio como una gran oportunidad, pues pudo estar en el mismo set con grandes actores del momento. De hecho, con el paso del tiempo su perseverancia y su talento innegable le valdría de papeles cada vez más importantes donde compartió pantalla con estrellas como Sara García, María Félix, Mario Moreno “Cantinflas”, Jorge Negrete y Pedro Infante (estos dos últimos en la cinta Dos tipos de cuidado).
Incluso pudo ganarse el cariño de los niños, que son el público más difícil de convencer, según varios artistas. Esto tuvo que ver por algunos de sus papeles, mismo que se hicieron de los más entrañables. En primer lugar estuvo su interpretación dentro de las cintas de Pulgarcito, donde era un gran y atemorizante ogro.
Después estuvo aquella cinta de Simitrio, producción en la que personificó a Don Cipriano, un anciano profesor de carácter fuerte, pero corazón noble. Sin embargo, su personaje más emblemático fue Santa Claus en la película del mismo nombre. Fue tal el éxito que obtuvo gracias a esta película de 1959 que consideran que ha sido uno de los mejores Papá Noel del cine.
José Emilio reunió varios aciertos a lo largo de su vida tanto profesional como personal. Fue el padre de dos hijos que, tiempo después, también seguirían sus pasos y serían actores reconocidos en la televisión. Siguió dedicado tanto al séptimo arte como al teatro y no pensaba parar pronto.
Sin embargo, la vida le tuvo otro destino. El 5 de julio de 1969, José Elías Moreno iba de camino a una casa de descanso ubicada en la colonia Zapata, en Cuautla, Morelos. Se transportaba en compañía de sus hijos José Elías y Beatriz, su esposa Beatriz González, su suegra Elisa Jiménez, su cuñada Beatriz Saavedra y su sobrino Gabriel.
Ese día el clima era hostil: desde hace rato había comenzado a llover con ganas, de tal modo que andar por la carretera era arriesgado. La familia del actor estaba en pleno camino, se encontraban a la altura del kilómetro 82 en la vía México-Cuautla cuando el vehículo donde estaban derrapó y les hizo precipitarse por un barranco.
El impacto fue mortal. La esposa y la suegra de José murieron al instante mientras que él sufrió varios golpes durante la caída. Los hijos y el resto de los pasajeros tuvieron lesiones mucho menos graves, aunque su hijo, José Elías, se fracturó un brazo.
Fue el hijo quien pudo reaccionar, salir del auto y pedir ayuda. Tuvo que pasar un poco de tiempo antes de que pudieran recorgerlos. Moreno padre estaba inconsciente, lo trasladaron primero al Hospital Civil de Cuautla y posteriormente a la Clínica de Actores donde le hicieron una craneotomía para remover unos coagulos de sangre que estaban atrofiando su cerebro.
Esto no fue suficiente para hacerlo reaccionar y cayó en coma. En el proceso por encontrar una solución, su esposa y suegra fueron sepultadas, mientras los médicos no veían un futuro prometedor para José Elías en caso de que se recuperara de milagro: se quedaría mudo o ciego debido a la hemorragia cerebral.
El actor no tuvo que quedarse a ver si estos pronósticos se cumplirían, puesto que el 15 de julio de 1969, tras diez días del accidente, José Elías murió. Actualmente sus restos se encuentran en el lote de actores del Panteón Jardín.