Cansada de las burlas y las inseguridades, la chica decidió someterse a una cirugía que cambió para siempre su vida. 

Durante gran parte de su vida, Keileigh Lanaway fue víctima de crueles burlas y comentarios por culpa del tamaño de su frente.

Tal fue la gravedad de las bromas que durante toda la secundaria la joven evitó las clases de natación, puesto que en un momento se dibujó una franja  falsa para ocultar su porte y el agua podía dejar en evidencia que sólo era un truco.

Otra de sus soluciones temporales fue intentar ocultar la parte de su rostro que no le agradaba utilizando una chasquilla, pero con el tiempo también dejó de desconfiar en este mecanismo.

“Siempre supe que mi frente era más grande de lo normal. Y desde mi adolescencia en adelante comencé a compararme a los demás (…) Mis inseguridades me llevaron a poner tantas barreras emocionales”, confesó Keileigh a Daily Mail.

Así fue como la chica británica vivió rodeada de inseguridades, las que logró dejar atrás varios años después, gracias a una operación de unos  7600 dólares, cuyo objetivo era reducir el tamaño de su frente.

La cirugía de Keileigh duró entre 2 y 3 horas, la que consiste básicamente en extirpar quirúrgicamente el exceso de frente, para luego reposicionar el cuerpo cabelludo, con el fin de darle una nueva posición al cabello.

Tras conocerse los resultados, la británica está completamente satisfecha con su nueva imagen. “Después de la cirugía, cada día me miro en el espejo y no puedo creer lo que veo. Es como si la vieja yo nunca hubiera existido (…) Por primera vez me siento como yo misma”, finalizó.

Fotos: Facebook Keileigh Lanaway / Daily Mail