El 10 de junio de 1990 ocurrió uno de los hechos más sorprendentes en la historia de la aviación. Contra todo pronóstico nadie murió.

Hollywood nos tiene acostumbrados a películas de acción que nos dejan pegado al asiento. Tragedias o secuestros aéreos que terminan en balaceras, peleas y aviones destruidos volando por los aires. Eso sí, siempre el protagonista salva la situación y a todos los pasajeros.

Lo ocurrido el 10 de junio de 1990 es digno de uno de este tipo de cintas, pero lo escalofriante es que realmente pasó. El vuelo 5390 de British Airways despegaba desde el aeropuerto de Birmingham a las 07:20 con destino España. A los 15 minutos y cuando ya estaba todo normal a más de 5 mil metros de altura ocurre lo peor: el parabrisas izquierdo de la cabina se separa del fuselaje delantero y desaparece completamente.

En ese lado de la cabina se encontraba el capitán Tim Lancaster, de 42 años, quien debido a la descompresión explosiva fue succionado hacia afuera. En segundos Lancaster se encontraba con medio cuerpo afuera y gracias a que quedó atascado en los controles, su cuerpo no se perdió por los aires.

Dos miembros de la tripulación lo sostuvieron mientras el primer oficial Atchison tomaba los controles del avión. Tiempo después Lancaster contó cómo sintió que el parabrisas se desprendía, se alejaba hacia adelante y desaparecía, y él era succionado fuera del avión. Afuera quedó recostado en el techo del avión y alcanzó a ver la cola y los motores girando antes de perder el conocimiento.

Atchison decide hacer un descenso de emergencia lo más rápido posible, para alcanzar una altitud que ofrezca el oxígeno suficiente, ya que el avión no estaba equipado para proporcionarlo a todas las personas a bordo. “Mayday, el capitán tiene medio cuerpo fuera del avión a 5 mil metros”, fue lo que los controladores aéreos escucharon por los parlantes. Seguramente no daban crédito a lo que acababan de oír, según señala Gizmodo.

Finalmente, 35 minutos después del despegue, el avión logró aterrizar. Milagrosamente, Lancaster había sobrevivido y fue llevado a un hospital. Las investigaciones posteriores descubrieron que lo que provocó que el parabrisas se desprendiera fueron unos tornillos que no correspondían y que fueron colocados 27 horas antes del despegue.

Cinco meses después del incidente, Lancaster estaba nuevamente en los aires. Este accidente fue plasmado en el primer episodio de la segunda temporada de Mayday: Catástrofes aéreas, titulado “Explosión en la cabina”. De ahí la imagen de portada.

Fotos: Wikipedia/Captura de YouTube.