“Amaba leer cuando era un niño, en parte porque viajaba mucho, y había épocas en las que me sentía fuera de lugar, como un outsider (…) La idea de tener estos mundos que eran portátiles, que eran tuyos, en los que vos podías entrar, me atraía muchísimo”, reveló durante su charla con Michiko Kakutani, la crítica literaria de ese diario.

Durante el curso de la entrevista, además, mencionó cuatro libros que le recomendó a su hija mayor, Malia, que tiene 18 años y se tomará un año sabático antes de ingresar a la universidad. Estos fueron sus elegidos:

Cien años de soledad, Gabriel García Márquez

Es una novela clave de la literatura contemporánea y la obra más reconocida y sublime de García Márquez. Este entrañable y ambicioso texto sigue las andanzas de la familia Buendía durante generaciones. José Arcadio Buendía, sus descendientes y la ciudad se vuelven alegorías parlantes y representaciones de la historia de Colombia.

El cuaderno dorado, Doris Lessing

El cuaderno dorado es una de las novelas más reconocidas de Doris Lessing. Sigue a Anna Wulf, una escritora bestseller que decide escribir varios cuadernos de distintos colores, cada uno representando un tema en particular, como la política. En realidad, es una gran reflexión sobre lo que significa ser mujer en un mundo dominado por hombres.

Los desnudos y los muertos, Norman Mailer

Ubicada en una isla ficticia durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, Los desnudos y los muertos del escritor Norman Mailer se centra en un playón del ejército estadounidense cuya tarea es forzar la retirada de las fuerzas japonesas para crear un camino libre y seguro hasta las Filipinas. Esta obra maestra de la literatura bélica es un claro cuestionamiento sobre la legitimidad de la guerra y del conflicto armado en todo el mundo.

La mujer guerrera, Maxine Hong Kingstone

La mujer guerrera, de Maxine Hong Kingston, es una memoria de 1976, que une tradiciones del folklore chino con retazos de la vida de su autora. Se centra en la historia de cinco mujeres de su familia, aunque su uso imaginativo de mitos y leyendas hacen que su obra sea mejor caracterizada como “no ficción creativa”.